Hasta hará unos 30 años la psicología tradicional se enfocaba en modificar la manera de pensar o sentir de un paciente analizando minuciosamente el contenido de sus pensamientos mediante conversaciones entre el psicólogo y el paciente, así como con el análisis e interpretación personal por parte del profesional, del lenguaje de su cliente. Lo cierto es que los resultados nunca eran del todo satisfactorios y mucho menos se obtenían en tiempos moderadamente razonables. En los últimos veinte años se están explorando nuevos caminos basados no tanto en el contenido de las ideas sino en los cambios y modificaciones que en el cuerpo se observan, especialmente en el cerebro, cuando el paciente está enfocado en el problema por el que se quiere tratar, es decir un enfoque neurofisiológico de la psicología.
Mediante el uso de un escáner cerebral antes y después de una sesión con algunas de las técnicas que forman las Terapias de Avanzada, como la Psicología Energética, se pueden demostrar cambios mensurables en los hemisferios cerebrales que luego se traducen en la eliminación de emociones negativas y conductas inapropiadas, de efectos duraderos, y que surgen como resultado de hechos traumáticos o creencias destructivas. Las Terapias de Avanzada, como ya hemos indicado, parten de la base de que todo malestar psicológico surge de un desequilibrio en el sistema energético corporal, si conseguimos volver a calibrar esa energía, se corrige la disfunción de manera automática, lo que significa un alivio inmediato para el cliente.
Algunas técnicas que se utilizan en Terapias de Avanzada, están basadas en la integración de los hemisferios cerebrales, otras en la conexión con lo inconsciente y otras en la estimulación de los meridianos empleados en la acupuntura, pero todas ellas tienen en común el reequilibrio de la energía que conecta la mente y el cuerpo. En lo específico, La Psicología Energética es una técnica curativa que sienta sus bases en tres áreas del saber: la medicina china, la kinesiología aplicada y la psicología convencional de orientación humanista.
Medicina china
Del antiguo arte de la Medicina China, la Psicología Energética, extrae el conocimiento teórico-práctico de los puntos de acupuntura situados en lugares específicos del cuerpo a lo largo de doce principales rutas energéticas conocidas con el nombre de meridianos. Sólo que en lugar de usar agujas (acupuntura) en Psicología Energética se recurre al sencillo método de dar golpecitos, (tapping) con dos dedos en dichos puntos del cuerpo. Su objetivo es estimular un cambio en nuestro modo de pensar y sentir. Con esta modalidad, aprenderás a resolver situaciones con las que quizás has estado luchando durante años.
Cada meridiano pasa por un órgano, glándulas, vísceras, tejidos y estructura ósea. Todo el sistema de meridianos está interconectado, de modo que el chi o energía vital circula por todo el cuerpo aportando vida y salud. Estos meridianos interactúan con una serie de campos
energéticos más concentrados llamados chakras que también rigen a cada órgano, glándulas y tejidos, etc.
Kinesiología
La kinesiología es una ciencia que estudia el movimiento. Este término fue adoptado por el Dr. George Goodheart, padre de la Kinesiología Aplicada, (para mayor información ve al apartado de antecedentes de la Psicología Energética).
Es importante aclarar que esta práctica no tiene relación ni incumbencia con lo que en Sudamérica se conoce como Kinesiología, fisiatría o terapia física. Aunque porten el mismo nombre y focalicen en el movimiento, refieren a conceptos y modos de intervención totalmente
diferentes. Aquí la kinesiología estudia la relación entre los músculos y la energía vital del organismo. Concibe que los músculos tienen dos posiciones fuerza vs.no fuerza= SI/NO y esa fuerza se afecta por el nivel de estrés (consciente e inconsciente) que experimenta el organismo. Aislando un músculo se le pregunta al sistema orgánico para que este responda de forma binaria,(si/no). Dentro del contexto de la
Psicología Energética, la Kinesiología se define como un sistema que utiliza un tipo de test muscular diagnóstico como mecanismo de biocomunicación con el fin de descodificar la información almacenada en el cuerpo. Busca comunicarse con todos los niveles que conforman a la persona para que exprese, a través del cuerpo, sus necesidades, las cuales son identificadas por la técnica del test muscular. Lo que se pretende con este proceso, el cual en Psicología Energética se complementa con tapping, es corregir posibles desequilibrios físicos, emocionales y energéticos que afectan a la persona, determinando tanto las causas de las disfunciones como el tratamiento más adecuado para abordarlas.
Psicología Convencional
De la psicología convencional, la Psicología Energética, toma el modelo de la Psicología Humanista, donde se percibe al ser humano como un ser integral y multifactorial. La Psicología Humanista brinda un enfoque positivo de la persona porque cree en el poder sanador que cada quien posee dentro de sí. Sostiene que los seres humanos tienen la capacidad y las herramientas necesarias para crear su propia vida, sanar sus
heridas y de este modo acceder a un estado de bienestar y armonía. En este sentido el/la terapeuta va a acompañar al consultante en su camino de autodescubrimiento y autorrealización respetando en todo momento su ritmo y su proceso.
Abordaje de la Psicología Energética
La Psicología Energética tiene por objetivo desarrollar técnicas que te ayuden a trabajar y usar tu energía vital para resolver mejor tus dificultades físicas y emocionales. Te permite entrar en contacto con tu propio sistema energético, y al equilibrarlo, eliminar las causas (o disminuirlas) de cualquier problema o impedimento psicológico-físico. El resultado es que te sentirás mejor contigo, tendrás más confianza en tus posibilidades, podrás afrontar mejor un montón de situaciones emocionales y dejarás de sentirte atascado o atascada en la vida. La Psicología Energética te acompañará a comprender que las soluciones a tus problemas están dentro de tu sistema energético corporal.
En muchas ocasiones cuando tenemos un problema ni siquiera sabemos por qué se ha producido. En la mayoría de las veces cuando una persona no comprende por qué le afecta un problema tiende a culparse a sí mismo o a sí misma o a otros. Nuestra sociedad en general, y demasiado de sus integrantes, parecen estar crónicamente enfadados o mal humorados por los problemas y preocupaciones de la vida cotidiana. Frecuentemente, muchas personas luchan año tras año con los mismos problemas. Muchos parecen haber aceptado que no pueden superar sus dificultades o desarrollar estrategias de cambio eficaces. Cuando las personas intentan honestamente desarrollar y poner en práctica aptitudes para afrontar la situación, a menudo descubren que no les funciona. Esto puede indicar la existencia de un problema energético: sabes resolver los problemas que se te presentan, o comprendes que quizás es necesario iniciar un proceso terapéutico y/o médico, pero por alguna razón no consigues hacer lo que tienes que hacer, es decir, sabes, pero no puedes o algo te lo impide. No es tanto la falta de conocimiento, ni la habilidad la causa de los problemas, más bien son los desequilibrios de tu sistema energético los que sabotean tu capacidad de alcanzar tus objeticos en la vida, o seguir adelante con tu vida luego de un hecho traumático. Cuando el sistema energético logra equilibrio se puede desarrollar la motivación y la concentración necesarias para conseguir objetivos, porque dicho equilibrio genera no solo la liberación de bloqueos emocionales, también permite que se empiece a pensar de un modo más funcional y creativo sobre los asuntos que acontecen en la vida.
En muchas circunstancias es necesario trabajar con el cuerpo para sanar nuestra psiquis y en muchas otras es necesario trabajar nuestra psiquis si queremos sanar el cuerpo.
Psiquis-Cuerpo son inseparables y totalmente influenciables. Hay asuntos psicológicos que no se pueden sanar sólo trabajando lo psicológico, hay asuntos corporales que no se pueden sanar sólo trabajando lo corporal. No siempre la solución está donde creemos que está, a veces sí otras veces no.
